psicodeliaterapia.com

Ámate incondicionalmente

Hace poco leí una frase que cobró demasiada importancia para mí a nivel personal y profesional. Esta dice: “SOMOS LOS HIJOS DE QUIENES NO HICIERON TERAPIA”.

Creo que esta frase le dio voz al dolor con el que llegan la mayoría de mujeres a consulta, al no poder entender porque les es difícil comprenderse, respetarse, ser benévolas y empáticas consigo mismas y en general, poder verse perfectas tal cual son.

Para mí, esta frase es el resumen de haber sido generacionalmente educadas bajo la práctica social e inconsciente de AMOR CONDICIONAL, el cual se sostenía bajo las necesidades de los padres de “formar buenas niñas”, y el cual incluía expectativas y parámetros de conducta que no respetaban la individualidad de nadie, ni encajaban en las necesidades de ninguna niña: ni para aquella a quien se le exigió ser “mas tranquila”, pero su esencia revolucionaria no se lo permitió y creció creyendo que era inadecuada, sintiéndose diferente y fuera de lugar, no solamente en casa, sino en cualquier ámbito de desarrollo; tampoco sirvió para la niña que “nunca dio problemas” y se acostumbro a cerrar, guardar y omitir sus necesidades por no ser “pesada” y ahora no pude solucionar problemas ni defenderse; Tampoco fue funcional para quien se le lleno de responsabilidades “femeninas” antes de tiempo y ahora huye a sentirse atrapada y así se ve siempre en relaciones sin profundidad emocional ni futuro.

No sirvió ni para ti, ni para mí. Sin embargo, podemos aprender a darnos AMOR INCONDICIONAL.

Para mí, esta frase es el resumen de haber sido generacionalmente educadas bajo la práctica social e inconsciente de AMOR CONDICIONAL, el cual se sostenía bajo las necesidades de los padres de “formar buenas niñas”, y el cual incluía expectativas y parámetros de conducta que no respetaban la individualidad de nadie, ni encajaban en las necesidades de ninguna niña: ni para aquella a quien se le exigió ser “mas tranquila”, pero su esencia revolucionaria no se lo permitió y creció creyendo que era inadecuada, sintiéndose diferente y fuera de lugar, no solamente en casa, sino en cualquier ámbito de desarrollo; tampoco sirvió para la niña que “nunca dio problemas” y se acostumbro a cerrar, guardar y omitir sus necesidades por no ser “pesada” y ahora no pude solucionar problemas ni defenderse; Tampoco fue funcional para quien se le lleno de responsabilidades “femeninas” antes de tiempo y ahora huye a sentirse atrapada y así se ve siempre en relaciones sin profundidad emocional ni futuro.

No sirvió ni para ti, ni para mí. Sin embargo, podemos aprender a darnos AMOR INCONDICIONAL.

Para mí, esta frase es el resumen de haber sido generacionalmente educadas bajo la práctica social e inconsciente de AMOR CONDICIONAL, el cual se sostenía bajo las necesidades de los padres de “formar buenas niñas”, y el cual incluía expectativas y parámetros de conducta que no respetaban la individualidad de nadie, ni encajaban en las necesidades de ninguna niña: ni para aquella a quien se le exigió ser “mas tranquila”, pero su esencia revolucionaria no se lo permitió y creció creyendo que era inadecuada, sintiéndose diferente y fuera de lugar, no solamente en casa, sino en cualquier ámbito de desarrollo; tampoco sirvió para la niña que “nunca dio problemas” y se acostumbro a cerrar, guardar y omitir sus necesidades por no ser “pesada” y ahora no pude solucionar problemas ni defenderse; Tampoco fue funcional para quien se le lleno de responsabilidades “femeninas” antes de tiempo y ahora huye a sentirse atrapada y así se ve siempre en relaciones sin profundidad emocional ni futuro.

No sirvió ni para ti, ni para mí. Sin embargo, podemos aprender a darnos AMOR INCONDICIONAL.

Déjame acompañarte en este camino de sanación en  donde podrás conocerte y reconocer quién eres realmente, donde conseguirás establecer límites sanos, cambiar patrones y  a establecer expectativas realistas y efectivas para ti y para tu entorno, siempre respetando la esencia e individualidad que te hace única e irrepetible.

Déjame acompañarte en este camino de sanación en  donde podrás conocerte y reconocer quién eres realmente, donde conseguirás establecer límites sanos, cambiar patrones y  a establecer expectativas realistas y efectivas para ti y para tu entorno, siempre respetando la esencia e individualidad que te hace única e irrepetible.